
¡Hola a todos, en el último mensaje hablamos sobre Amor Iluminador: Aligerando Cargas, y hoy vamos a hablar sobre ¿Tener la razón o hacer lo correcto?!
“El orgullo se preocupa por quién tiene la razón. La humildad se preocupa por lo que es correcto”
— Ezra Taft Benson
¿Alguna vez te has encontrado en esa incómoda danza de orgullo y humildad? Ya sabes, esa en la que a veces sientes que tienes que demostrar que tienes la razón, en lugar de simplemente hacer lo que es correcto. Ezra Taft Benson, un líder espiritual muy sabio, lo resumió perfectamente en la frase de hoy. Es como si la humildad fuera esa amiga que siempre te recuerda sintonizar con la verdad divina, que siempre parece saber hacia dónde ir.
Esa cosa llamada Orgullo
El orgullo puede ser un poco travieso, ¿no crees? Parece aparecer justo cuando estás en medio de una discusión, e insiste en que debes tener la razón, incluso cuando eso puede nublar lo que realmente es correcto (Proverbios 16:18). Es como si te metiera en una pequeña caja donde solo puedes ver las cosas desde tu perspectiva.
“Tras el orgullo viene la destrucción; tras la altanería, el fracaso.”
— Proverbios 16:18 NVI
El Regalo de la Humildad
La humildad, por otro lado, es como una llave que abre todas las puertas. Te permite mirar más allá de ti mismo, a ver la verdad en su totalidad (Mateo 5:5). ¿No es maravilloso cómo la humildad te ayuda a aprender y crecer, a apreciar la verdad por encima de tus propios prejuicios o deseos egoístas?




Tocando la Verdad Divina
La humildad es esa mano amiga que te conecta con la verdad divina. Te conduce a tomar decisiones sabias, a hacer lo que es correcto en lugar de lo que solo te hace sentir bien (Filipenses 2:3). Es como si fuera un eco de la voz de Dios, susurrando en tu corazón y diciéndote: “Vamos, hazlo con amor y justicia”.
Practicando la Humildad en el Día a Día
Como todo en la vida, la humildad requiere práctica. Necesitas el valor para reconocer tus fallos, la sabiduría para aprender de tus errores, y la generosidad de pensar primero en los demás (Romanos 12:3). Y cada vez que lo haces, te acercas un poquito más a la esencia de la verdad divina.
La Dulce Victoria de la Humildad
Al final del día, la humildad gana siempre. Mientras que el orgullo busca el premio rápido, la humildad busca esa verdad eterna, esa completa satisfacción divina (1 Pedro 5:5). ¿Sabías que en el reino de Dios, la humildad es la verdadera victoria?




¿Qué quiero que te lleves hoy?
Así que, ¿qué te parece si tomamos el camino de la humildad? Al hacerlo, te comprometes a un viaje de aprendizaje y crecimiento constante, un viaje que te lleva directo a la verdad divina. Y recuerda, como decía Ezra Taft Benson, “El orgullo se preocupa por quién tiene la razón. La humildad se preocupa por lo que es correcto”. Así que, al final del día, es más importante hacer lo correcto que ser el que tiene la razón.
Como siempre, te animo a ser diferente y sobre todo anímate a regalarle una sonrisa a alguien, jamás sabes si esa sonrisa puede cambiarle el día de manera positiva. Sé luz y comparte con otros este mensaje y si te ha gustado, dale like para que tengamos más personas con sonrisas.
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